Reus: Edgar Badia, Riki, Marín, Dinis, Moyano, Jaume (79, Masqué), Jorge (68, Edgar Hernández), Álex Colorado, Sellarès, Xisco Hernández y Muneta

Atlético Baleares: Víctor, Damià (88, Jaime), Artabe, Mairata, Guasp, Esteban, Ripoll (70, Nando Ramón), Cristian, Chando, Fullana y Carlos Rodríguez (60, Alomar)

Árbitro: Alfonso Melgares de Aguilar Fernández, del comité murciano. Expulsó Esteban por doble tarjeta amarilla. También amonestó al local Marín y al visitante Guasp

Goles: 1-0, Alex Colorado (m. 89)

Dolorosa derrota del Atlético Baleares en el campo del líder. El desenlace es de aquellos que hacen daño, teniendo en cuenta cómo se ha desarrollado el partido y los obstáculos que ha encontrado el equipo. Jugar la última media hora con un hombre menos, el capitán Esteban, por una expulsión más que rigurosa, pero aun así mantener el equipo cohesionado y sólido y ver cómo todo esto se va a pique en el último minuto, duele.

El gol fue obra de Alex Colorado, pero quien puso el balón hasta su pie fue Xisco Hernández, que se marcó un buen partido y nos dejó algunos detalles de su calidad. El encuentro siguió el mismo guión desde el inicio hasta el final. Dominio del Reus, con largas posesiones de balón, y un Atlético Baleares a la defensiva, esperando su oportunidad. La ocasión del Baleares no llegó, o al menos de forma clara. El Reus, en cambio, tuvo un par de ellas antes del gol. La primera fue en el ’18 cuando un centro del lateral Marín golpeaba en Esteban y este casi se introducía el balón en la propia portería. La más clara, sin embargo, la tuvo Marc Sellarès. Una buena combinación entre Riki y Jorge en el vértice del área la culminaba el veterano delantero con un remate que habría sido gol de no ser por la mano de Víctor Ross.

Todo se complicó cuando el ’53 Esteban veía la segunda cartulina amarilla. Melgares de Aguilar, el árbitro del encuentro, fue muy riguroso con la actuación del capitán blanquiazul. Nico López tuvo que reestructurar el equipo y dar entrada a Nando Ramón, para dar pulmón a un centro del campo ahogado. Y cuando parecía que el empate sería definitivo, llegó el fatídico gol rojinegro.

Ahora toca reponerse. El sábado que viene, a las 15.30, recibimos el Cornellà. Un solo objetivo debe estar en la mente de todos: vencer.