El fútbol balear, en ruina
La crisis económica también ha llegado al fútbol balear. Un histórico de Tercera como el Santanyí, que en las últimas cinco temporadas ha disputado dos fases de ascensos segunda B , atraviesa serios problemas económicos. La plantilla rojiblanca no cobra desde el pasado mes de diciembre, es decir, cinco meses. Esto ha obligado a la plantilla a entrenar únicamente un día a la semana al completo. Jugadores como Lozano, Cerdá, Lucho, Kiko, Salvá, Simón, Mario o Picornell, que viven en Palma y se desplazaban en dos coches cuatro veces por semana, ahora sólo viajan un día. De este modo, los otros tres entrenamientos se celebran con la única participación de los jugadores de la localidad, junto con el equipo juvenil o el conjunto de Regional.
Esta situación se ha traducido en una notable descenso de potencial rojiblanco. De hecho, el Santanyí ha encadenado ahora cinco partidos sin ganar y se acerca peligrosamente a los puestos de descenso. Los capitanes, Lucho, Estelrich y Nico, y el cuerpo técnico que encabeza el técnico Joan Mas, en vista de la delicada situación y en un acto de profesionalidad, han decidido volver a los entrenamientos, aunque saben que cobrar será muy difícil. La directiva que preside Bernat Picó ha sido clara: las arcas están vacías.
Hay que recordar que la pasada semana el San Rafael estuvo a punto de no viajar a Son Ferrer, dados los conflictos que existen con la agencia de viajes y la Dirección General de Deportes. Finalmente, el equipo ibicenco se desplazó gracias a la mediación del presidente de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB), Miquel Bestard.
Por otra parte, la plantilla del líder, la Peña Santa Eulalia, cobró la mensualidad de febrero esta misma semana, pero tampoco está libre de problemas económicos.
Aunque hay muchos clubes de Tercera que no cobran, como pueden ser el Collerense, el Son Ferrer, el Andratx, el Felanitx, Ferriolense, o el Espanya entre otros, hay otros donde se cobra por objetivos y por puntos. Es la nueva fórmula para pelear con la crisis. También empiezan a tener serios problemas equipos históricos como el Campos o el Llosetense o Atlético Isleño, que hasta ahora siempre habían demostrado una solvencia a prueba de bomba.
Para la mayoría de clubes el objetivo es acabar como sea la temporada. Muchos no miran más allá del 19 de mayo, y en ese peregrinar por el desierto está resultando clave la figura del presidente de la Federació, Miquel Bestard, que es quien está liderando las negociaciones con el Govern para tratar de conseguir que no haya problemas de desplazamientos en los seis partidos que faltan para echar telón. Luego, ya veremos si se vuelve a levantar y de que manera.
Bonet Ferrando.