La justicia respalda a Oliver y Araque
No saben por qué están en el ojo del huracán del Comité Balear de Árbitros. Javier Oliver y Salvador Araque, funcionarios públicos y que fuera de sus horas de trabajo dedicaban su tiempo a dirigir partidos de baloncesto dentro de las competiciones auspiciadas por la Federació de Bàsquet de les Illes Balears se encontraron un día con una situación que con el paso de los meses se tornó según definen ellos «kafkiana y surrealista». Ahora, tras dos sentencias favorables del TSJB y cinco años sin poder pitar un encuentro de baloncesto, reclaman que se restañe su imagen y pedirán una indemnización por todo el tiempo que llevan sin arbitrar.
De Ibiza al ostracismo.
Una pesadilla para ambos que arranca en mayo del 2009. Según relatan los interesados a Diario de Mallorca «nosotros fuimos a arbitrar el torneo de Puig d»en Valls en Santa Eulalia (Ibiza) juntamente con otros colegiados tanto de la federación balear como de la valenciana. Llegamos allí y dirigimos los encuentros con el handicap de que finalmente los árbitros valencianos no se pudieron desplazar, lo que supuso un incremento en cuanto al número de partidos asignados por colegiado presente. Acaba el torneo, volvemos a Mallorca y el delegado arbitral, a través de un escrito nos informa de que estábamos suspendidos para arbitrar».
¿Los motivos?, «una serie de irregularidades que se dieron en el torneo, y principalmente por dos causas: incomparecencia injustificada a una serie de partidos y utilizar el idioma extranjero en varios encuentros. Nosotros recurrimos enseguida al Comité de Disciplina, ya que el expediente sancionador lo impuso el Comité de Árbitros, que no tiene potestad para incoar ningún expediente sancionador. El Comité de Disciplina nos dio la razón, pero a la vez reinició el expediente y nos sancionó con un año de suspensión. Apelación ratificó el año de sanción, al igual que el Tribunal Balear del deporte. Nosotros apelamos por vía judicial, y reciente el TSJIB dictó sentencia firme, dándonos la razón, y exponiendo que nunca se tenía que haber abierto un expediente sancionador por el hecho de utilizar un idioma extranjero que fue en este caso a una auxiliar de mesa que no hablaba el español, dirigiéndonos a ella en inglés, a la vez que tampoco se pudo probar esa ausencia injustificada a una serie de partidos. Pedimos que aportasen pruebas al respecto, y no han aportado nada».
«Querían sancionarnos a perpetuidad».
Tras cumplir el periodo de sanción en junio del 2010, fuimos durante el mes de agosto a pitar un torneo internacional en Bélgica, y a partir de ese evento que fuimos a arbitrar, nos volvieron a abrir un segundo expediente sancionador». ¿Por qué? «Se nos acusa de quebrantar una sanción anterior e ir a arbitrar un torneo internacional sin el consentimiento de la Federación Balear. En el comité de disciplina, propusieron sancionarnos a perpetuidad, inhabilitarnos de por vida para el arbitraje, mientras que en apelación nos rebajaron a tres años sin poder arbitrar. El Tribunal Balear del Deporte lo ratificó y volvimos a ir a la justicia ordinaria. De esta forma, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares nos volvió a dar la razón. La sanción ya se había cumplido antes de ir a Bélgica y por otra, la Federación Balear no es quien para decir si podemos dirigir o no un torneo en el extranjero, ya que solo tiene competencia en el ámbito autonómico. De esta forma, el TSJB vuelve a declarar nula la sanción».
«No nos han llamado para arbitrar».
Un proceso que ya dura cinco años, aunque cada año han ido renovando de forma religiosa la licencia para arbitrar «entre otras cosas, porque la Ley del Deporte Balear permite que mientras no se resuelva una sanción de forma firme, podemos arbitrar sin ningún problema». Y aquí viene el meollo de la cuestión «la Federación Balear de Baloncesto ha obviado este tema» sin asignarles partido alguno, por lo que tanto Javier Oliver como Salvador Araque pedirán la «responsabilidad patrimonial, ya que tanto el Govern juntamente con la Federación Balear tienen que reparar el daño que se ha producido a nuestra imagen, a nuestro honor, así como el lucro cesante», por lo que a través de sus abogados, Alejandro Piqueras y Pablo Alonso, están haciendo cálculos para reclamar unas cantidades «que en cualquier caso no serán pequeñas por el tiempo que llevamos y continuamos sin arbitrar», pero que podrían rondar los 10.000 euros por temporada en que no han podido ejercer su labor como colegiados.
Texto y foto: Tony Tenerife/www.diariodemallorca.es